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Mostrando las entradas de julio, 2010

Manuelita, Robinson y... Alexander

La pesadilla de Sáenz - Así es, Robinson. Este cartel estuvo pegado ahí en la puerta durante un par de años. La gorda señora, sentada en una butaca donde pasaba casi todo el día desde que se había dislocado la cadera, sostenía en sus manos un trozo de madera con una inscripción tallada que decía: TOBACCO ENGLISH SPOKEN MANUELA SÁENZ Ese era su nombre: Manuela Sáenz. Continuó diciendo: - Después de la caída no tenía mucho sentido anunciar mis servicios públicamente, por decirlo así. A través de Alexander se ponen en contacto conmigo si me necesitan. Pero ya no son tantas traducciones como al principio. Venderle Tabaco a los marineros no es buena idea cuando una no se puede defender como debe ser. Todas las demás cosas las están vendiendo las sirvientas, pero tampoco tengo mucho ánimo de hacerlas. ¿Para qué, si igual nunca me alcanzará para pagar mis deudas? Después de observar por unos momentos el cartel, en silencio y con una ligera sonrisa melancólica, el viejo sentado